Salón de Ginebra: el salón más 'verde'
El respeto por el medio ambiente ha dejado de ser una simple pose para los fabricantes del sector de la automoción. Más allá de una moda pasajera, la ecología ha llegado para instalarse entre las grandes prioridades de los fabricantes, como se ha podido comprobar por el despliegue de vehículos 'verdes' en las zonas de exposición del Salón de Ginebra. Nadie discute ya que es imprescindible producir automóviles cada día más contaminantes para ayudar a la sostenibilidad del planeta. Pero no sólo se trata de una cuestión de concienciación de las marcas, también ha aparecido el factor legislativo en la emisión de CO2 a la atmósfera. Muchos países, entre ellos España desde este año, gravan fiscalmente a los coches más contaminantes, así que a los fabricantes no les queda otra que trabajar en motores cada día más limpios. De lo contrario, el precio final de sus productos se verá penalizado por impuestos que reducirán su competitividad en el mercado.
Menos consumo, menos contaminación
Uno de los principios básicos de la lucha contra la contaminación es que cuanto menor es el consumo de los propulsores, menor será también su emisión de CO2. En esta línea, muchos fabricantes presentan versiones especiales de sus modelos más populares que, gracias a la utilización de soluciones específicas, reducen su consumo respecto a sus hermanos de gama convencionales.El otro gran caballo de batalla es la tecnología híbrida, la combinación del clásico motor de explosión con otras fuentes de energía alternativa que limiten la necesidad de combustión. La tendencia más generalizada es la utilización de electricidad, puesto que la evolución de las baterías las está haciendo cada día más autónomas y también más pequeñas. Es la solución que, por ejemplo, emplea BMW con su plan 'Efficient Dynamics'. Una propuesta tan atractiva como la de un X5 de prestaciones similares al ya conocido pero con un consumo medio de sólo 6,5 litros a los cien. Esta cifra, espectacular para un todocamino de sus dimensiones, se consigue combinando un motor diésel biturbo de 204 CV con otro eléctrico alimentado por baterías de litio.
El BMW X5 en imágenes
Prototipo Saab
Muy interesante resultó también la presentación del Saab 9-X BioHybrid. De momento se trata de un prototipo, de un coche de salón, pero resume perfectamente la filosofía de la marca sobre lo que serán sus modelos compactos en un futuro muy cercano. Al margen de un diseño avanzado, su principal cualidad son unas emisiones de sólo 105 gramos de C02 por kilómetro, recurriendo para ello a un motor híbrido de 1,4 litros alimentado por biocombustible y electricidad. Contamina poco pero su rendimiento es más que suficiente para un coche de su estilo, ya que con una potencia de 200 CV las prestaciones son de primer nivel. Además, unas células solares colocadas en el techo permiten complementar la recarga de las baterías con esta limpia y gratuita forma de energía.
El Saab 9-X BioHybrid en imágenes
Aprender con Fiat y Microsoft
Más didáctico y no menos eficaz es el proyecto que han puesto en marcha de forma conjunta Fiat y Microsoft. La tecnología Bue&Me hasta ahora se utilizaba exclusivamente para el manejo de algunos dispositivos electrónicos (telefónicos y musicales, principalmente) en los vehículos del fabricante italiano, pero sus posibilidades van a ser mucho mayores.Gracias a un sistema bautizado como Ecodrive, el conductor podrá descargar a un lápiz de memoria (a través del puerto USB del coche) una completa información sobre sus hábitos de conducción, consumo y emisiones del vehículo. De este modo podrán trasladarse fácilmente a un ordenador personal, que analizará todos los datos y ofrecerá al automovilista una serie de consejos e indicaciones para mejorar tanto el consumo de su coche como la emisión de CO2.
Un Golf híbrido
Aunque fueron muchas las propuestas de futuro de los fabricantes que buscan ese objetivo casi utópico de emisiones cercanas a cero, las realizaciones que más expectación despertaron en Ginebra fueron aquéllas que se antojaban más próximas a un futuro inminente, que destilaban aroma a realidad palpable.Fue el caso del Volkswagen Golf TDI Híbrido, una combinación de sus prestigiosos motores diésel con el cambio automático DSG de siete marchas y la energía eléctrica. Circulando por carretera, el motor diésel de 1,2 litros y 75 CV se encarga de mover el vehículo, aunque en momentos de máxima exigencia el rendimiento puede aumentar recurriendo al propulsor eléctrico. Es precisamente éste el que cobra protagonismo en el tráfico urbano, puesto que su potencia es suficiente para este uso pero con emisiones cero. Además, el motor se detendrá de modo automático al detectar paradas prolongadas, las habituales detenciones en ciudad por un atasco o un semáforo. Con todo, el consumo de este Golf se queda en sólo 3,4 litros a los cien, mientras que sus emisiones son de 89 gramos de C02 por kilómetro.
El Golf TDI Híbrido en imágenes
El respeto por el medio ambiente ha dejado de ser una simple pose para los fabricantes del sector de la automoción. Más allá de una moda pasajera, la ecología ha llegado para instalarse entre las grandes prioridades de los fabricantes, como se ha podido comprobar por el despliegue de vehículos 'verdes' en las zonas de exposición del Salón de Ginebra. Nadie discute ya que es imprescindible producir automóviles cada día más contaminantes para ayudar a la sostenibilidad del planeta. Pero no sólo se trata de una cuestión de concienciación de las marcas, también ha aparecido el factor legislativo en la emisión de CO2 a la atmósfera. Muchos países, entre ellos España desde este año, gravan fiscalmente a los coches más contaminantes, así que a los fabricantes no les queda otra que trabajar en motores cada día más limpios. De lo contrario, el precio final de sus productos se verá penalizado por impuestos que reducirán su competitividad en el mercado.
Menos consumo, menos contaminación
Uno de los principios básicos de la lucha contra la contaminación es que cuanto menor es el consumo de los propulsores, menor será también su emisión de CO2. En esta línea, muchos fabricantes presentan versiones especiales de sus modelos más populares que, gracias a la utilización de soluciones específicas, reducen su consumo respecto a sus hermanos de gama convencionales.El otro gran caballo de batalla es la tecnología híbrida, la combinación del clásico motor de explosión con otras fuentes de energía alternativa que limiten la necesidad de combustión. La tendencia más generalizada es la utilización de electricidad, puesto que la evolución de las baterías las está haciendo cada día más autónomas y también más pequeñas. Es la solución que, por ejemplo, emplea BMW con su plan 'Efficient Dynamics'. Una propuesta tan atractiva como la de un X5 de prestaciones similares al ya conocido pero con un consumo medio de sólo 6,5 litros a los cien. Esta cifra, espectacular para un todocamino de sus dimensiones, se consigue combinando un motor diésel biturbo de 204 CV con otro eléctrico alimentado por baterías de litio.
El BMW X5 en imágenes
Prototipo Saab
Muy interesante resultó también la presentación del Saab 9-X BioHybrid. De momento se trata de un prototipo, de un coche de salón, pero resume perfectamente la filosofía de la marca sobre lo que serán sus modelos compactos en un futuro muy cercano. Al margen de un diseño avanzado, su principal cualidad son unas emisiones de sólo 105 gramos de C02 por kilómetro, recurriendo para ello a un motor híbrido de 1,4 litros alimentado por biocombustible y electricidad. Contamina poco pero su rendimiento es más que suficiente para un coche de su estilo, ya que con una potencia de 200 CV las prestaciones son de primer nivel. Además, unas células solares colocadas en el techo permiten complementar la recarga de las baterías con esta limpia y gratuita forma de energía.
El Saab 9-X BioHybrid en imágenes
Aprender con Fiat y Microsoft
Más didáctico y no menos eficaz es el proyecto que han puesto en marcha de forma conjunta Fiat y Microsoft. La tecnología Bue&Me hasta ahora se utilizaba exclusivamente para el manejo de algunos dispositivos electrónicos (telefónicos y musicales, principalmente) en los vehículos del fabricante italiano, pero sus posibilidades van a ser mucho mayores.Gracias a un sistema bautizado como Ecodrive, el conductor podrá descargar a un lápiz de memoria (a través del puerto USB del coche) una completa información sobre sus hábitos de conducción, consumo y emisiones del vehículo. De este modo podrán trasladarse fácilmente a un ordenador personal, que analizará todos los datos y ofrecerá al automovilista una serie de consejos e indicaciones para mejorar tanto el consumo de su coche como la emisión de CO2.
Un Golf híbrido
Aunque fueron muchas las propuestas de futuro de los fabricantes que buscan ese objetivo casi utópico de emisiones cercanas a cero, las realizaciones que más expectación despertaron en Ginebra fueron aquéllas que se antojaban más próximas a un futuro inminente, que destilaban aroma a realidad palpable.Fue el caso del Volkswagen Golf TDI Híbrido, una combinación de sus prestigiosos motores diésel con el cambio automático DSG de siete marchas y la energía eléctrica. Circulando por carretera, el motor diésel de 1,2 litros y 75 CV se encarga de mover el vehículo, aunque en momentos de máxima exigencia el rendimiento puede aumentar recurriendo al propulsor eléctrico. Es precisamente éste el que cobra protagonismo en el tráfico urbano, puesto que su potencia es suficiente para este uso pero con emisiones cero. Además, el motor se detendrá de modo automático al detectar paradas prolongadas, las habituales detenciones en ciudad por un atasco o un semáforo. Con todo, el consumo de este Golf se queda en sólo 3,4 litros a los cien, mientras que sus emisiones son de 89 gramos de C02 por kilómetro.
El Golf TDI Híbrido en imágenes
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